miércoles, 19 de diciembre de 2018

El papel del educador

El valor principal que un educador/a de la metodología Pikler debe interiorizar es el del respeto, pero con matices distintos a los que se suele ver. Diferentes educadoras que trabajan con esta metodología desde hace años han citado algunas acciones que podríamos ver en cualquier colegio, pero que ha su modo de ver son actividades que llegan a ser violentas para el niño/a como pueden ser:

- El cambio de pañal/ ropa a los niños y niñas. En la metodología Pikler los movimientos que una educadora hace para cambiar de ropa y pañal al bebé son lentos y suaves; además, se acompañan dichos movimientos con la descripción en voz alta de lo que se está haciendo (también con una voz lenta y suave) que hace que ese momento sea más especial y que el niño nos ayude moviendo el/ella mismo el brazo.

- El momento de la comida. Aquí está mal visto que un niño/a deje de comer algún plato y si vemos que no se lo come le obligamos a que lo haga. En cambio, en la metodología Pikler no se obliga a nadie a comer algo que no quiere.

- Riñas o momentos de enfado/cólera. Cuando hay una disputa entre dos niños porque estos se han enfadado o pegado los/las profesores/as tienden a reñir al que se ha portado mal o dejarlo en evidencia delante de la clase. En la metodología Pikler esto no pasa, primero se aparta el objeto con el que el niño/a a golpeado al otro o se separa a los dos niños y luego se consuela durante un tiempo al que ha sido agredido.

Por otro lado, un educador/a de Pikler debe conseguir que el niño/a evolucione con seguridad y libertad. Para ello las relaciones afectivas son de gran ayuda porque aportan seguridad y autoestima en el niño/a. Gracias a actividades libre en las el educador no interviene de manera directa el niño entenderá que es libre de hacer lo que quiera; aunque obviamente tendrá unos límites.

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